NAHJ UPR Chapter

Por Luciris Vázquez

Bombas, bloqueos, muros y muertes son sólo algunas de  las palabras que resuenan al mencionar el conflicto entre israelíes y palestinos.  Este conflicto duradero ha cobrado fuerzas no sólo en el suelo sino también frente al mundo, en discusiones diplomáticas. Buscando justificación y apoyo, ambos países presentan sus motivos. En una iniciativa por solucionar las grandes interrogantes de este embate violento, el Colectivo de Estudiantes por la Paz (CEP),  se propuso lograr lo que no muchos han conseguido: unir a un representante palestino y uno israelí en la misma mesa  para una discusión académica.

Examinando herramientas para el cambio social, este grupo de estudiantes abrió un espacio para el diálogo en el que participaron; Zeid Abdel Rahim, representante del Centro Islámico de Puerto Rico; Alvaro Alba, representante del Instituto Cultural Florida-Israel;  María del Pilar Arguelles, profesora de Política del Recinto de Río Piedras, y Sergio Méndez Sánchez un estudiante de la Facultad de Derecho.

“Ningún judío que haya vivido bajo el régimen de Hitler puede vivir así”, expresó Rahim, al describir el sufrimiento de su pueblo comparándolo con el propio de los judíos durante el Holocausto.Pero más tarde en la conferencia, el delegado israelí revertió esa declaración acusando  a los palestinos de asesinar a muchos incluyendo a un sobreviviente del mismo.

Según Alba, para la mayoría de los presentes la fecha era el 18 de febrero del año 2009, para otros era el año 5769 y otros consideran que es el año 1430. Con esto ilustró y resumió lo complejo del conflicto, “incluso el tiempo lo medimos de maneras diferentes” informó.

“Si quieres tener paz, no hables con tus amigos. Habla con tus enemigos”, así citó Méndez a Moshe Dayan, explicando el propósito del coloquio.

Limitándose a señalar culpas y faltas que nacen de una larga tradición e historia muy compleja como para ser resumida en unas horas, cada exponente defendió su postura y el público se dividió entre ambos bandos.  Allí aunque  el diálogo condujo a polémicas, los partícipes fueron testigos de un primer paso hacia la solución pacífica aunque fuera sólo en un furtivo apretón de manos.